
La Digital Services Act (DSA), o Ley de Servicios Digitales, es una normativa de la Unión Europea diseñada para regular los servicios digitales que conectan a los usuarios con bienes, servicios o contenidos a través de plataformas en línea. Aprobada en 2022, la DSA establece un marco jurídico claro y unificado en toda la Unión Europea con el objetivo de crear un entorno digital más seguro y justo, protegiendo los derechos de los usuarios y garantizando la responsabilidad de las plataformas que prestan servicios en línea.
¿Qué regula la DSA?
La DSA establece nuevas reglas para una amplia gama de plataformas digitales y servicios online, como redes sociales, mercados digitales (marketplaces), motores de búsqueda, proveedores de servicios en la nube, aplicaciones de mensajería y otros intermediarios de la sociedad de la información. Las principales áreas que regula son:
- Responsabilidad de las plataformas:
La DSA impone una mayor responsabilidad a las plataformas digitales para garantizar que los contenidos, productos o servicios ofrecidos a través de ellas cumplan con las normativas legales. Las plataformas deben tomar medidas proactivas para identificar y eliminar contenidos ilegales, como discursos de odio, productos falsificados, o información engañosa. - Moderación de contenido:
Las plataformas deberán implementar políticas transparentes de moderación de contenido, lo que significa que los usuarios deben estar claramente informados sobre cómo se gestionan sus datos, cómo se toman decisiones sobre el contenido que ven y por qué ciertos contenidos pueden ser eliminados o limitados. Además, los usuarios tendrán el derecho de impugnar decisiones que afecten al contenido que publiquen. - Protección de los derechos de los usuarios:
La DSA refuerza los derechos de los usuarios, especialmente en cuanto a la protección de sus datos personales, privacidad y libertad de expresión. Las plataformas no podrán tratar los datos personales de forma indiscriminada, y deberán garantizar que sus sistemas de algoritmos y publicidad dirigida respeten los derechos fundamentales de los usuarios. - Transparencia en la publicidad en línea:
Uno de los puntos clave de la DSA es la transparencia en la publicidad digital. Las plataformas deberán informar a los usuarios cuando se les esté mostrando publicidad personalizada o dirigida, basada en sus datos personales o su comportamiento en línea. Esto implica que los usuarios deben saber por qué ven un anuncio específico y cómo se utiliza su información para tal fin. - Gestión de riesgos sistémicos:
Para las plataformas muy grandes, como redes sociales globales o marketplaces con millones de usuarios, la DSA exige una evaluación continua de los riesgos sistémicos que pueden surgir de sus operaciones, como la diseminación de desinformación, manipulación de la opinión pública o efectos adversos sobre la salud mental de los usuarios. Las plataformas deberán poner en marcha estrategias para mitigar estos riesgos. - Cooperación con las autoridades:
La DSA establece mecanismos para que las plataformas cooperen con las autoridades nacionales y las instituciones europeas en la lucha contra la ciberdelincuencia, la venta de productos ilegales o el fraude digital. Las plataformas tendrán la obligación de compartir información relevante y cumplir con las investigaciones o medidas que las autoridades consideren necesarias.
La Digital Services Act (DSA) es una pieza fundamental en el marco regulatorio digital de la Unión Europea. Al introducir obligaciones claras para las plataformas digitales en cuanto a responsabilidad, transparencia y gestión de riesgos, la DSA busca crear un entorno en línea más seguro y transparente para usuarios y empresas. Si bien impone mayores responsabilidades a las plataformas, también les proporciona las directrices necesarias para operar en cumplimiento con las leyes europeas, asegurando la protección de los derechos de los usuarios y promoviendo una cultura digital responsable y ética.
¿A quiénes afecta la DSA?
La DSA se aplica a todas las plataformas digitales que operen dentro del territorio de la Unión Europea, independientemente de dónde tengan su sede. Esto significa que cualquier empresa que ofrezca servicios digitales en Europa debe cumplir con estas reglas. Los tipos de actores afectados incluyen:
- Plataformas de redes sociales como Facebook, Instagram, Twitter.
- Marketplaces como Amazon, eBay o Alibaba, donde los usuarios compran y venden bienes.
- Motores de búsqueda como Google.
- Proveedores de servicios en la nube como AWS, Microsoft Azure o Google Cloud.
- Plataformas de comunicación como WhatsApp o Telegram.
Niveles de obligaciones según el tipo de plataforma
La DSA distingue entre distintos tipos de servicios en línea, y establece diferentes obligaciones dependiendo del tamaño y la influencia de la plataforma:
- Intermediarios y pequeñas plataformas: Estas plataformas tienen obligaciones menos estrictas, pero aún deben cumplir con medidas básicas como la eliminación de contenido ilegal y la transparencia en sus políticas.
- Plataformas grandes: Para aquellas plataformas con un número de usuarios considerable, las obligaciones aumentan. Estas deben implementar mecanismos de control más avanzados y presentar informes de transparencia regularmente sobre la gestión del contenido ilegal o problemático.
- Plataformas muy grandes (VLOPs – Very Large Online Platforms): Las plataformas que tengan más de 45 millones de usuarios activos en la UE deberán cumplir con las reglas más estrictas, como la evaluación de riesgos sistémicos, la vigilancia sobre los algoritmos y los mecanismos de publicidad. Además, estarán sujetas a auditorías externas para asegurar el cumplimiento de las normativas.


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Beneficios para las empresas y los usuarios
La DSA no solo impone responsabilidades a las plataformas digitales, sino que también trae beneficios para las empresas que operan en este ámbito y para los usuarios:
- Para las empresas, la DSA crea un marco claro y uniforme, eliminando la fragmentación normativa dentro de la UE y proporcionando reglas claras sobre cómo operar de manera segura y legal.
- Para los usuarios, la DSA asegura un mayor nivel de protección frente a contenidos dañinos o ilegales, ofreciendo mayor transparencia sobre cómo se gestionan sus datos y cómo interactúan con los contenidos y servicios digitales. También refuerza su derecho a impugnar decisiones relacionadas con la moderación de contenido.
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